Julián García López, desde los campos de Villa de Guadalupe, San Luis Potosí, comenzó su historia con el béisbol a los 14 años. Entre clases y entrenamientos, compartía el campo con jugadores adultos, aprendiendo de cada lanzamiento y cada juego. En 1988 enfrentó uno de los duelos más memorables de su carrera: 16 entradas lanzadas frente a un rival de Doctor Arroyo, marcando un récord digno de recordar. Poco después, fue invitado a representar a Matehuala y, con apenas 18 años, vistió la franela de la selección en los torneos estatales de Semana Santa. Hoy, su ejemplo de disciplina y pasión continúa inspirando. Porque los verdaderos campeones no solo brillan en el campo, también defienden el agua que nos da vida.